lunes, 15 de noviembre de 2010

INVOLUCRATE EN LAS MISIONES


La Mies y los obreros
Una historia Real
Una noche en el extremo de la ciudad de Londres, un joven medico cristiano estaba apagando las luces del pasillo de la misión en la que trabajaba y de pronto vio en un rincón oscuro aun niño en harapos que trataba de esconderse. El jovencito pidió si podía quedarse esa noche a dormir en ese rincón que estaba mas caliente que el lugar en donde el normalmente dormía.  El doctor le dijo; no, y se lo llevo a su casa. Lo acogió, lo alimento, le permito que se bañara y después se dispuso a escuchar su historia. El niño le contó que vivía en un remolque de carbón con otros niños callejeros. El doctor le pidió que lo llevara a ese remolque para que él pudiera ver con sus propios ojos. Pasaron por varios callejones estrechos de Londres y finalmente en la oscuridad de la noche llegaron a un hoyo en la pared de una antigua  fábrica. Mira ahí adentro dijo el pequeño, el doctor encendió una vela y entro en el hoyo arrastrándose en una bodega de carbón y encontró a 13 pequeños niños vestidos solo con pedazos de tela vieja para protegerse del frió, un jovencito tenia a su pequeño hermano de 4 años  abrazado en su regazo para protegerle del frió, todos eran huérfanos. Este joven medico en ese momento quedo cautivado por una visión de cómo podía servir al Señor. Su nombre, Thomas Bernardo la historia es verdadera.
EL cuido a esos pequeños y muchos mas  y cuando el doctor Bernardo falleció los periódicos de Londres reportaron; “EL doctor Bernardo había tomado y rodeado de un ambiente cristiano a mas de 80 mil huérfanos de la ciudad y cientos de ellos se convirtieron en cristianos”. El periódico da la razón de este hombre que se involucro en la vida de tantos niños huérfanos y concluye el articulo diciendo; “porque EL tenia los ojos de Cristo para ver en la oscuridad y el corazón de Cristo para atraer a las personas a luz”
La labor misionera
Desde la primera venida del Señor y hasta su regreso hay una solo manera de llevar el evangelio de Gracia a los que están perdidos y en oscuridad. Es la proclamación de su palabra.  El Señor y los apóstoles proclamaron este mensaje. Hoy solo podemos cumplir en una sola manera esta labor, por la predicación del evangelio.  Pablo dijo; porque todo aquel que invocare el nombre del Señor,  será salvo. ¿Cómo,  pues,  invocarán a aquel en el cual no han creído?  ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído?  ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? ¿Y cómo predicarán si no fueren enviados?  Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz,  de los que anuncian buenas nuevas!” Ro. 10:13-15
La razón por la que muchas veces no estamos cumpliendo este mandato es porque no se están enviando misioneros a los pueblos no evangelizados. Sin embargo tengo que reconocer como misionero, que hay otra razón más fuerte y frustrante. Misioneros mal enviados.
Quiero enfatizar mí tratado en esta última frase. ¿Puede haber misioneros mal enviados? Claro que si. Muchas veces se ha puesto el evangelio en hombres y mujeres con pasión por llevar el evangelio y se ha olvidado la parte mas vital de toda esta labor “la gloria de Dios” y solamente la “gloria de Dios”. Pero si somos honestos y humildes en reconocer, también se ha olvidado en sostener financieramente al misionero para su labor completa en el comienzo de la obra.
 Una Autocrítica
          Soy un misionero con una pasión por los perdidos, pero con muchas debilidades y mucho que aprender en misiones. Como joven recién graduado del seminario mis oraciones y pensamientos fueron que Dios me pueda utilizar en su obra. Hoy hay hombres que tienen la pasión por el Señor aun sin depender de una iglesia local y sin una ayuda económica. Al comenzar el ministerio en cusco solo una persona participo con nosotros en razón de dar y recibir pensé que esto era la voluntad de Dios y nos pusimos a predicar y trabajar (un trabajo de confecciones de ropa). Esto ayudo a la familia en sus necesidades, pero ¿ayuda a la obra que hacemos? ¿No!. Porque los nuevos creyentes se sienten abandonados, no crecen en sus vidas espirituales y no hay cambio de vidas y consagración al Señor.  La debilidad del ministerio de un misionero que se ocupa en dos ocupaciones es muy débil y demora más en crecer es por eso que tenemos misioneros frustrados y cansados.
¿Que debe hacer  el misionero?
El primer trabajo de un misionero debe ser en elaborar un plan y pensar en como poder recaudar ayuda espiritual, financiera y de quienes. Mientras hace esto debe estar involucrado en ministerios de su iglesia local donde no le quite mucho tiempo para dedicarse a compartir su proyecto a otros hermanos en la fe e interesados en apoyar su visión. No debe ser el fin conseguir dinero, sino amigos y hermanos que ayuden y sostengan la visión del misionero con sus oraciones, y sus ofrendas. (Esto se llama promocionando la visión y sus metas para lograrlos)
Me sorprende que haya muchos misioneros que están en el campo misionero que no tienen la preparación correcta en estas áreas, aun misioneros viejos de muchos años en misiones no saben como comunicar a sus iglesias de sus necesidades. Ahora, como misionero y con poca experiencia aconsejo a los jóvenes que quieren ser misioneros elaborar sus prioridades y empezar a trabajar en su proyecto y no aventurarse sin sostenimiento de una iglesia madura y comprometida en misiones alcanzando a los perdidos.
Levantando Apoyo
¿Quiénes nos trajeron el evangelio? Por historia sabemos que el evangelio llego a nosotros por los hermanos americanos. En EE. UU. Ningún misionero es enviado si no completa su apoyo financiero, y es por eso que los misioneros hacen giras por años antes de ir al lugar que quieren evangelizar o empezar una iglesia.  Siempre mi crítica fue a estos hermanos que no tienen fe o son materialistas. Hay una razón fuerte por la cual las iglesias y misiones americanas no envían sus misioneros sin un apoyo completo, y es para que hagan bien la labor y la familia no sufra de sus necesidades más urgentes.
Hoy tenemos que aprender esta lección como misioneros locales, y enseñar a otros. Si ud. conoce a un hermano que quiere ir como misionero anímale a que complete su apoyo y que vaya sirviendo en su iglesia local en pequeñas cosas mientras logra conseguir lo que necesita.
 Amados hermanos y amigos ¿Qué puede hacer ud. por un misionero?
1. Ore al Señor y si él, le guía done sus ofrendas a misiones y misioneros que tienen urgentes necesidades. Esto no quiere decir que debe dejar de ofrendar a su iglesia local que es el primer requisito para un hijo de Dios.
2. Ud. puede también comunicar a otros hermanos del  misionero que ud. ya conoce acerca de sus las necesidades de ellos.
3. Si ud. tiene buenos amigos en la fe puede empezar una pequeña agencia misionera. ¿Cómo seria esto? puede reunirse y orar con ellos, y comunicar su plan y deseo que tiene ud. de apoyar a misioneros con pequeñas labores como por ejemplo; trabajo en construcción, viajes para visitar y animarlos, ofrendas, regalos, y otros.  
4. Si algún misionero llega a su iglesia promocionando las misiones no solamente escuche su proyecto e informe, involúcrese. Puede invitarlo a almorzar, pregúntele en una forma más personal de su visión. Esto es de gran animo para muchos de los misioneros. Recuerde no siempre el dinero suple una necesidad.
Nuestro país tiene muchos misioneros sin apoyo financiero y muchos de ellos tienen dos ocupaciones y no es bueno dejarlos hacer solo la obra ya que nosotros somos sus hermanos en la fe, y esperamos las recompensas de nuestro Dios y Señor.  Un pastor dijo; “si bien no podemos llevar nuestro dinero a la otra vida, pero si podemos enviarlo por anticipado”
En conclusión: No solamente debemos depender de los misioneros e iglesias de EE. UU. Porque ha llegado el momento de ver en acción a los nacionales haciendo y realizando las misiones. Estoy avergonzado y humillado porque Dios me ha demostrado que en el Perú hay hermanos e iglesias que están dispuestos a invertir en las misiones.
Al empezar este pequeño tratado cite la historia real del doctor BERNARDO y como él se INVOLUCRO en la vida de esos niños huérfanos.  Creo que Dios quiere que todos, aun el más humilde de condición se involucre en su obra.
            Cristóbal Churata Q.
Sirviendo al Maestro en Cusco – Perú

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